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Versículo clave: Efesios 4:32 "Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo."
Verdad bíblica: La verdad simple es que deberíamos perdonar porque el Señor nos lo ordena. La base de este mandato es que fuimos perdonados por Dios en Cristo.
El perdón es la liberación de la deuda o la obligación. Es la promesa de nunca sacar a colación el asunto otra vez, de cobrar un pago por alguna ofensa que se ha cometido (o percibido) en contra de usted o tener resentimiento en contra del ofensor. Nosotros ofendimos a Dios con nuestro pecado y Él habría sido justificado al no perdonarnos. Sin embargo escogió perdonarnos, aunque no merecíamos el perdón, basándose en el sacrificio de Cristo en la cruz. ¿Cómo podríamos no perdonar a otros después de que se nos ha perdonado tanto? (Mateo 18:21-35)
Dios nos ha perdonado
Aprendemos lo que es el perdón cuando entendemos el modelo que Dios mostró para nosotros. Fuimos creados por Él a Su imagen para glorificarlo. La humanidad escogió desobedecer a Dios y no glorificarlo. Llegamos a ser enemigos de nuestro creador (Romanos 5:10) y lo ofendimos grandemente. No estaba obligado a perdonarnos porque es santo y permanece santo y es así que debe pronunciar Su juicio sobre el pecado. Pronunció Su juicio, pero envió a Su Hijo para que sea el objeto de Su juicio por el pecado para que por fe en Jesús podamos recibir el perdón pleno de nuestras ofensas en contra de Dios. Recibimos el perdón por una deuda que nunca podíamos pagar, y es así que nosotros también somos llamados a perdonar a otros por todas sus deudas y ofensas más pequeñas hechas en contra de nosotros.
Perdonamos porque hemos sido perdonados. (Efesios 4:32)
a. La humanidad fue el ofensor original de Dios. (Romanos 4:25, 5:12)
b. Dios tenía la justificación para no perdonarnos. (Isaías 59:2)
c. En lugar de eso decidió enviar a Jesús como el objeto de Su ira por nuestro pecado. (Romanos 3:25, 1 Juan 2:2, 4:10)
d. Sólo Jesús pudo pagar esa deuda.
e. Jesús, por supuesto, es Dios y por consiguiente Dios pagó nuestra deuda. (Hebreos 9:14)
f. Él es nuestro modelo de perdón. (Colosenses 3:13)
El perdón debe comenzar aceptando el perdón de Dios de nuestro pecado y ya no viviendo con temor del juicio.
a. Es difícil perdonar sin entender el perdón de Dios de nuestros pecados.
b. El continuar llevando la carga de la deuda en nuestras mentes es como tener falta de perdón en nuestras vidas.
c. Es importante que entendamos y aceptemos el hecho y la razón detrás de nuestro perdón.
i. Somos perdonados en Cristo. (Colosenses 3:13)
ii. Somos perdonados a causa de Cristo. (Efesios 4:32)
iii. Perdonamos a otros porque Dios, en Cristo, nos perdonó. (1 Juan 2:12)
iv. No merecíamos el perdón recibido, y aquellos a los que perdonamos no siempre lo merecerán. (Isaías 43:25)
Dios dio el primer paso hacia el perdón. (Romanos 5:6-8)
a. Se nos dice que esperemos las disculpas de la otra persona o que tome la iniciativa. Si ellos nos han ofendido nosotros tenemos que acudir a ellos. (Mateo 5:23-24)
b. Debemos padecer dolor o pérdida económica a fin de perdonar si es necesario. (1 Corintios 6:7)
c. Dios no calificó Su perdón para con nosotros mediante el número de veces que pecamos y nos ha perdonado completamente nuestro pecado. No tenemos que contar el número de veces que perdonamos a otros. (Mateo 18:21-22)
Perdonando a otros
Perdonar no es fácil. A veces es muy doloroso porque involucra ceder nuestro derecho de que alguien pague por la ofensa hecha a nosotros. Comienza con un quebrantamiento que es una experiencia que destruye la soberbia y que no se disfruta para nada. Aferrarse a la falta de perdón es como cargar una gran roca. Mientras determine en su corazón mantener viva la deuda, esperando algún tipo de pago entonces estará cargando la roca. Cada vez se hace más pesado y más difícil cargar la roca todo el tiempo y de hecho le causará tormento por dentro. Cada vez que ve a la persona la roca se hace más pesada hasta que resulta insoportable. Las personas dejarán la iglesia, trabajos, se separarán de la familia y se apartarán de amigos con el fin de seguir cargando la roca. Es una prisión con tormentos, y a menudo el ofensor ni siquiera sabe lo que ocurrió. El perdón es el único alivio, pero no es fácil.
Jesús nos enseñó que vendrían las ofensas, pero que ellas no deberían venir de nuestra parte. (Lucas 17:1)
a. Jesús esperaba que los cristianos fuesen prestos y rápidos para perdonar. Nosotros, después de todo, entendemos la gracia y perdón de Dios y deberíamos reconocer prontamente nuestra ofensa y pedir perdón. (Lucas 17:2-4, 1 Corintios 6:6-8). Después de escuchar esta lección los apóstoles le pidieron al Señor que aumente su fe. (Lucas 17:5)
b. Deberíamos esperar ser ofendidos y perdonar ello. También deberíamos entender que vivir piadosamente no significa protección de las ofensas. (Tito 3:10-14)
c. La sangre de Jesucristo nos limpia de todo pecado (1 Juan 1:9) y por consiguiente tenemos que perdonar las ofensas de las personas y así seguir el modelo de Jesús. (Lucas 23:34, Hechos 7:60)
Jesús enseñó que la falta de perdón lo pone al hombre en una prisión y lo entrega a tormentos. (Mateo 18:23-35)
a. El rey le perdonó al siervo una gran deuda (Cristo perdonándonos) pero el siervo luego no le perdonó a otro siervo que le tenía una deuda más pequeña. (Mateo 18:28-30)
b. El siervo malo quería que el otro siervo le pague después de que el rey recién le había perdonado. (Mateo 18:28)
c. Nuestros amigos y colaboradores pueden ver los efectos de la falta de perdón en nosotros. (Mateo 18:31). Vivió bajo tormentos y asumió de nuevo su vieja deuda (Mateo 18:32-35)
Instrucciones sobre el perdón.
a. La oración modelo nos dice que modelemos el perdón y que pidamos perdón así como nosotros perdonamos. (Mateo 6:12). También nos dice que esperemos llevar el peso de la falta de perdón si no perdonamos a otros. (Mateo 6:13-15)
b. Perdonar a otros debería ser parte de nuestras oraciones. (Marcos 11:25)
c. Perdonamos a aquellos que amamos, entonces practicar el amor por otros hará que el perdón sea mucho más fácil. (1 Corintios 13:4-7)
d. El perdón requiere que nos humillemos y que estimemos a otros mejores y dignos de perdón por causa de Cristo. (Romanos 12:3, Filipenses 2:3)
e. Perdonar implica la promesa de nunca traer a colación el asunto otra vez. La deuda está completamente perdonada. (Salmos 103:12, Hebreos 10:17)
f. El perdón requiere el quebrantamiento y el darse cuenta que cedemos todos nuestros derechos de cobrar las deudas por las ofensas de otros cuando aceptamos la gracia de Dios como el pago de todas nuestras deudas. Estamos obligados a perdonar.
Tiempo de estudio personal y aplicación:
Lectura: El perdón es doloroso. La humildad y el quebrantamiento pueden causar tremendo dolor e incluso agonía. Este sentimiento es para ayudarnos a entender un poco lo que soportó nuestro Señor al ser humillado y colgado en una cruz aunque fue totalmente inocente. El perdón no sólo modela a Cristo y nos da la oportunidad de ganar a otros para Él con nuestro testimonio de misericordia y gracia, sino que también nos permite tener comunión con Sus sufrimientos cuando experimentamos la pena y el dolor del perdón. La paz que venga después quitará todo recuerdo del dolor. (Génesis 41:51)
Lea y medite en estos pasajes que tratan con el quebrantamiento.
Es fácil perder de vista el hecho que tenemos que ser siervos de otros y no ser servidos. Los siervos no tienen derechos y no merecen nada. Esta es la actitud que Cristo modeló para nosotros y la cual debemos imitar. Perdonar es más fácil cuando nuestros corazones están llenos de amor por otros (el cual cubre multitud de pecados, 1 Pedro 4:8).