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Versículo clave: Hechos 1:8 "pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra."
Verdad bíblica: Aquellos que han nacido de nuevo tendrán un cambio notable en su vida que debiera capturar la atención de aquellos que los rodean. Nuestra luz (la que Jesús puso en nosotros) tiene que resplandecer para que los hombres la vean puesto que hay un cambio en nosotros que glorifica a Dios. (Mateo 5:16). Nosotros (como creyentes nacidos de nuevo) hemos recibido al Espíritu Santo para que more en nosotros y para que nos dé el poder para testificar las cosas que Cristo ha hecho en nuestras vidas. Es natural que un cristiano testifique de su Salvador.
Su Testimonio Personal
Su testimonio personal es simplemente eso, su testimonio. Nadie puede hablar de éste sino usted, y nadie conoce los detalles como usted. No es sólo el relato del momento en el que puso su fe y confianza en Cristo, sino también es su andar diario y el crecimiento de su relación con Él. Dar su testimonio debería ser una parte normal de su vida y conducta puesto que es lo más importante que le ha sucedido en la vida.
Pablo era muy elocuente acerca de Su testimonio.
a. Su experiencia de salvación. (Hechos 22:1-15)
b. De dónde Dios lo trajo. (1 Timoteo 1:12-15, Gálatas 1:13-14)
c. Lo que Dios hizo en su vida. (Gálatas 1:15-24)
La historia de Juan capítulo 9 nos da la satisfacción que no tenemos que tener una profunda capacitación teológica para dar nuestro testimonio.
a. Su testimonio fue simple, habiendo sido yo ciego, ahora veo. (Juan 9:11, 21, 25) Dio testimonio el mismo día que fue salvo.
b. Cuando se le cuestionó sobre los asuntos teológicos, el hombre simplemente dijo, habiendo yo sido ciego, ahora veo.
c. Cuando a Pedro se le preguntó sobre su poder o autoridad y su inteligencia, él (hablando por el poder del Espíritu Santo) dio este testimonio. (Hechos 4:8-17)
Un testigo es una persona que ha visto, oído o experimentado algo y es llamado a dar testimonio o testificar sobre ello. Muchos samaritanos creyeron porque una mujer acusada de adulterio llegó a ser un testimonio de la gracia de Dios ese día. (Juan 4:39)
a. La verdad ha sido revelada y confiada a nosotros. (1 Tesalonicenses 2:4)
b. Sabemos la verdad sobre quién es Jesús y estamos obligados a contarla a otros. (Romanos 1:14-16)
c. El Espíritu Santo nos da el poder para testificar. (Hechos 1:8)
¿Por Qué Debería Testificar?
La Biblia tiene muchas razones por la que el cristiano tiene que testificar. Una de ellas es que debería estar emocionado por lo que Jesús ha hecho por él y en él. (1 Timoteo 1:11-12, 15). También Jesús dijo claramente en Su ministerio que vino a buscar y salvar lo que estaba perdido. (Lucas 19:10). Otras razones por las que debería testificar incluyen:
Porque Dios ama al hombre: Juan 3:16
Porque el hombre ya está condenado: Juan 3:18
a. Ellos no ven las cosas, tal como nosotros tampoco las veíamos. La luz del Evangelio puede abrirles los ojos. Juan 3:19
b. Ellos no saben que el pecado desea arruinarlos. Romanos 5:21
c. Ellos deben ser conscientes de su pecado y su culpabilidad ante Dios así como de sus consecuencias. Romanos 6:23
d. El Espíritu Santo pone convicción sobre ellos. Juan 16:8-11
Porque amamos a Dios. 1 Juan 4:19
Porque la misión de Dios es ganar al mundo. 2 Pedro 3:9
Porque le debemos nuestras vidas a Dios. Romanos 12:1-2
Dios nos ha dado el ministerio de la reconciliación. 2 Corintios 5
a. Se nos ha encomendado la Palabra de reconciliación.
b. Nosotros vamos en lugar de Cristo puesto que Él se ha ido al cielo.
c. De manera lógica, si Cristo murió por todos, entonces todos necesitan un Salvador.
Como tenemos la verdad, hemos llegado a ser deudores para todos aquellos que no tienen la verdad. Se la debemos a ellos y a Cristo. (Romanos 1:14-16)
Para que Cristo sea admirado por multitudes. (2 Tesalonicenses 1:10)
Para mostrarles el estándar de verdad.
a. La Palabra de Dios es el estándar de verdad. (1 Pedro 1:23, Salmos 119:160, Juan 17:17)
Cosas que no puedo hacer
Es nuestra responsabilidad testificarle a aquellos que no han escuchado de Jesucristo. Se requiere de un testigo para que testifique de lo que ha visto u oído. Eso es lo que podemos hacer y deberíamos hacer. Lo que no podemos hacer es salvar o cambiar a alguien. Sólo Dios puede cambiar los corazones.
No puedo cambiar el corazón o la mente de alguien.
a. Puedo permitir que mis buenas obras glorifiquen a Dios. (Mateo 5:16)
b. Puedo invitar a mis amigos y familia para que escuchen de Dios. (Hechos 10:24, 10:33-35)
c. Puedo ser sal y luz. (Mateo 5:13-16)
d. Puedo plantar la semilla, regar y cultivar. (1 Corintios 3:6-7)
e. Sólo Dios puede dar el crecimiento. (1 Corintios 3:5-7)
No puedo vivir una vida sin pecado y nunca decepcionar a nadie.
a. Un testimonio personal no es, ni nunca puede ser, perfección. (1 Juan 2:1-2, 1 Juan 1:7-9)
b. No puedo modelar una vida perfecta en frente de la gente, sólo una vida de fe.
c. Puedo mostrarle a la gente cómo un cristiano lidia con el pecado, las decepciones, la tragedia, así como el éxito y la prosperidad.
Tiempo de estudio personal:
Lectura: Historias sobre las vidas de aquellos cuyos testimonios se encuentran registrados en la Biblia le dan al cristiano confianza en su propio testimonio. Las historias del denuedo de creyentes que no tuvieron vergüenza de testificar de la gloria y el gran poder de Dios le darán también denuedo al creyente. Nuestro testimonio personal debería ser una pieza de conversación normal para nosotros así como también deberíamos tener el deseo de escuchar los testimonios de otros.
Cornelio. (Hechos 10)
El etíope eunuco. (Hechos 8:27-40)
El hombre ciego. (Juan 9)
El apóstol Pablo. (Hechos 9)
El carcelero. (Hechos 16:23-40)
Pensamientos de la lectura de mi devocional:
¿A qué personas que se encuentran alrededor suyo podría contarles sobre su experiencia de salvación y su andar con el Señor?